Y no me refiero a que mueve nuestro planeta, porque entonces este sería un artículo que explicaría algunas de las leyes de la ciencia. Sino ¿qué nos mueve como personas? ¿Cuál es nuestro “core”? ¿Cuál es nuestra escala de valores? y más que tener claro nuestro propósito de vida (algo que cada uno debería de saber), es analizar ¿de qué nos componemos?
¿Porqué? Porque cada uno da lo que tiene adentro, tan sencillo como eso.
Recientemente tuve la oportunidad de evaluarme, repasar y vivir, ¿qué estoy dispuesta a aceptar? y ¿qué no haré para no traicionar mi “core”?.
Estas son oportunidades que se nos presentan rápidamente o en situaciones extendidas. Son oportunidades para revisarnos y estar dispuestos a cambiar lo que no nos gusta, a decir “Sí” o simplemente “No”.
Por lo que les dejo unas preguntas que nos ayudan a evaluar nuestra escala de valores:
- ¿Miento o soy transparente?
- ¿Hago alianzas para afectar a otros o trato de apoyarlos?
- ¿Estoy creando conflictos o busco resolverlos?
- ¿Pago lo que me corresponde o trato de evadir mis obligaciones?
- ¿Prefiero callar algo que sé que es incorrecto o lo denuncio?
- ¿Busco como colarme en las filas o soy respetuoso de los que llegaron antes?
- ¿Soy educado con las personas o los estoy irrespetando?
- ¿Discrimino o respeto las diferencias de los demás?
- ¿Permito que me irrespeten o pongo límites?
- ¿Busco como beneficiarme económicamente a costa de otros o soy justo?
- ¿Busco el poder y la atención para humillar o para servir a los demás?
- ¿Prefiero ser un títere o tomar mis propias decisiones?
- ¿Me creo “buenísimo”, “casi santo” o soy consciente de que somos seres humanos que requerimos autoevaluación para mejorar?
- ¿Soy un amigo leal o por conveniencia?
Darnos espacios para crecer como personas es necesario, ayuda a nuestro corazón y nuestra relación con otros.
“La ética es saber la diferencia entre lo que tienes derecho de hacer y lo que es correcto hacer.” Potter Stewart